Después de lo que pensaba había sido mi “Gran Amor”, mi corazón y mi
cuerpo se anestesiaron… Fabrice no los
despertó, esa es una realidad… Pero me ofrecía Paz. Me ofrecía tranquilidad y
la posibilidad de formar una familia…Y para un cuerpo, mente y corazón, tan
cansado como el mío, eso era exactamente lo que necesitaba…
Igualmente, ¿Cómo tomar semejante
decisión, a los 36 años, con mi vida tan arraigada en mi país?... Y las señales
siempre aparecen, solo hay que tener los ojos abiertos!... En ese momento, me llega una proposición en mi
trabajo: vendían la División y si yo me quedaba hasta último momento, me daban
el doble de la indemnización y la empresa compradora me iba a querer… Era otra
etapa que se terminaba, y tenía que elegir entre dos etapas nuevas a comenzar...
¿Iba a elegir de nuevo mi trabajo, que hasta el momento solo me dio plata?...
Pues no, era el momento de jugarme y
saltar a una pileta que no sabía si tenía agua, pero que podía cambiar mi vida…
Y la dualidad volvió… Diferente
pero mucho más poderosa… Porque a partir de ese momento, mi vida se partió en
dos, y esta vez, físicamente también… No solo deje mi país, sino a la gente que tanto amo… Es
imposible definir en palabras lo que se siente cuando uno se va… Gracias a
Dios, yo puse como condición volver al país dos o al menos una vez al año, lo
cual se respetó y me permitió crear dos vidas, y sentir dos vidas… Pero aun así,
cada vez que subía a un avión, mi corazón se partía porque siempre dejo una
vida para meterme en otra…
Y al principio fue terrible, porque tuve que encontrar un equilibrio que
era imposible de encontrar!.... Tenía que aprender una lengua que obviamente
detestaba y me negaba a aprender… Todo lo que veía en Francia era malo y con el
tiempo me di cuenta que estaba enojada conmigo misma… Por haber tomado esa
decisión que me hacia feliz pero infeliz a la vez… Esta vez la dualidad era
IMPOSIBLE de equilibrar… Si estaba allá, me sentía mal; y si estaba acá, también…
¿Cuál era mi lugar?...
Más de un año para encontrar un
equilibrio, pero finalmente lo encontré… Un equilibrio muy criticado por
cierto, ya que tuve que aceptar que tengo dos vidas… Y que siempre estoy extrañando a la que estoy dejando, pero sin
culpas y deseando ahora sí, que el tiempo avance por fin, para saciar la sed
del reencuentro!...
Así que por un par de años viví una vida tranquila… Conociendo un nuevo
mundo… Un nuevo Idioma… Una cultura totalmente diferente a la mía… Viviendo
momentos intensos y hermosos con mi familia, ya que volvía dos veces al año,
sola, para disfrutarlos!... Tratando de
adaptarme a un nuevo mundo… Conociendo, estudiando… Amoldándome a mi nueva
vida… O mejor dicho, mis Dos Vidas!
Pero la vida avanza, y la
felicidad cuesta… Próxima a los 40, la necesidad de tener hijos… Formar MI Familia…
Algo que con una enfermedad como la mía, CANCER (¡Como me costó aprender a
decir esa palabra!), era algo impensable… Pero terminé el tratamiento hormonal
un año antes y decidí tenerlo… Pese a no tener casi óvulos quede embarazada a
los 40, naturalmente y con toda la felicidad que eso implica… Pero la vida no
es siempre justa ni rosa, y a los tres
meses, unas pérdidas y una ecografía, comprueban que el bebe estaba muerto…
Muchos pueden pensar que un feto de 3 meses no es un bebe, y puede que
tengan razón, pero yo sentí esa pérdida como la perdida de una parte de mi
misma… Imposible de describir… Es el día de hoy que ese bebe va a ser siempre
mi primer bebe… Y el 5 de diciembre, siempre lo recuerdo como el día de su
partida…
Gracias a Dios, estaba en
Argentina y tuve toda la contención de mi familia, y de mi marido que viajo en
el acto… Y sufrimos juntos, y nos levantamos juntos también, porque ahora la
vida había empezado a avanzar y no podía pararla… Por eso, en Francia,
decidimos comenzar un tratamiento de fertilización asistida, y al tercer
intento, funcionó… ¡Estaba embarazada de vuelta!… Igual pero distinto, porque
ya no sentía la misma felicidad que la primera vez… Ahora estaba el miedo a una
repetición.
Evidentemente, la vida no es fácil, porque si bien los primeros tres
meses de embarazo avanzaron bien, a los tres y medio comencé con pérdidas, que
se transformaron en hemorragias… Y esta vez todo fue diferente, porque a pesar
de tener hemorragias durante un mes, este bebe quería venir!... Y la mamá tuvo
que estar hospitalizada durante más de cuatro semanas, sin moverse… Aterrorizada
porque sentía que el bebe se iba… Pero el bebe no se fue, y las hemorragias
cedieron y pese a los pronósticos pesimistas, a los cincos meses, el embarazo
se transformo en un embarazo normal…
El Sobreviviente, como lo llamaba el Obstetra francés, había decidido
que quería venir a este mundo… y pude
volver a Argentina a disfrutar los últimos tres meses de embarazo… Meses
felices por la contención de mi familia y el amor que recibí; pero también
duros porque tenía que estar separada de mi marido… Me sentía plena, con mi
panza y con lo que ese bebe dentro de mi, me hacía sentir… Pero seguimos
avanzando, y Fabrice pudo venir dos semanas antes de dar a luz… Y Matías nació,
con excelente salud, trayéndonos toda la felicidad del mundo… Y MI familia era
un hecho!!!... ¿Qué más se podía pedir?...
La llegada de Matías provocó una revolución dentro de mí… Nunca pensé
que se podía sentir tanto amor por una personita tan chiquita… Aun hoy, lo veo
y me estremezco por todo lo que me hace sentir… Y su nacimiento, también
produjo otro cambio en mi vida… Una nueva Lucrezia… Así como cuando el bebe se
encuentra en nuestra panza, lo sentimos como algo nuestro, como una parte de nosotras… Una vez
que nace, esa sensación no desaparece… Vemos a nuestros hijos y no podemos
evitar sentir y ver una parte de nosotros en ellos… Y lo más importante, al
nacer, nuestro hijo se lleva nuestro centro… Hasta su nacimiento, mi vida era mía…
Vivía por y para mí… El Centro de mi vida, estaba en mí… Eso cambia cuando
nacen los hijos… Matías se llevó mi centro, y ahora el centro de mi vida, está
en él… Ya mi vida no es lo más importante… Lo más importante, es la vida de Matías…Y
eso, te cambia la visión y la perspectiva de todo… Y eso, te hace crecer… Pero
por sobre todas las cosas, eso te da un nuevo motivo y sentido a tu vida…
Ahora
el sentido y la prioridad, es él… Y ahí es cuando descubrí cual era el sentido
de mi vida… Para qué había nacido!... No sé si voy a ser trascendental para el
mundo… Ni siquiera lo seré para muchas personas…Pero soy trascendental para Matías…
Y si yo tenía que venir a este mundo, era para darle vida a él…Y
automáticamente, ese miedo a la muerte, al “no existir”, fue menguando…. Nunca
desapareciendo, pero diluyéndose… Porque veo a Matías, y siento que siempre voy
a vivir a través de él…
Siguiendo con la historia, las
separaciones siguieron, pero Matías nos cambió la vida a todos… Unió a las
familias; fascinó a mis padres, a mis hermanos, a todos… En Francia también
cautivó a todos… Pero claro, ahora todo es más difícil… Las separaciones son más
dolorosas para todos… Pero todo es más
intenso también… Aunque claro, la vida es dinámica y todo cambia de un momento
a otro… Y siempre aparece un nuevo camino que se divide en dos…
Continuará...
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