Mi Vida: Los Dos Costados de la Felicidad: Parte 1
Y llegó la hora de contar mi vida...Es difícil resumir una vida, sobre todo cuando se trata de la tuya… Así que decidí contarla en forma de cuento con moraleja… Porque, ¿de qué sirve vivir si no aprendemos algo?... Desde que nacemos, buscamos la felicidad, y yo aprendí, que La Felicidad, para mí siempre tiene dos lados… Y que nada detiene el tiempo, así que no avanzar, solo te quita vida…
Nací en Buenos Aires, hace 46 años. La mayor de cuatro hermanos... Una niña dentro de la norma, pero con una particularidad: un miedo terrible a la muerte. Desde que tengo uso de razón. Sobre todo de noche, me llegan esos planteos filosóficos sin respuesta aparente: “¡Cómo puedo desaparecer! ¡Cómo puedo no existir! ¡NO QUIERO NO EXISTIR!”… Este fantasma me acompaño toda la vida, en mayor o menor grado. Cuando era chiquita, en forma de llanto, desorientando a mis padres, que no sabían cómo manejar la situación. Eso sí, mi hermanita supo calmarme muy bien, cuando yo tenía 6 años y ella 4, diciéndome muy segura: “Ay Lucrezia, no te preocupes, que si te morís, viene mamá, te da un mejoralito, Y YA ESTA!”. Frase que quedó en el recuerdo para siempre.
Durante la adolescencia, las crisis se hicieron mucho más esporádicas. Pero pasados los treinta, las crisis reaparecieron, dejándome noches enteras sin dormir, asfixiándome de solo pensar en el no existir. "Me rehúso a no existir!"... ¿Y será ese el origen de mi dualidad? Porque esta palabra es el resumen de mi vida... Siempre viví en dualidad: entre el día y la noche; entre el bien y el mal; entre la responsabilidad y el descontrol; entre dos mundos… Esa fue siempre, mi manera de detener el tiempo. ¿De ser joven eternamente?... De intentar no avanzar para no llegar a ese día “del no existir”... ¿Pero es eso posible? ¿Es posible evitar llegar a ese día?...
Comencé la universidad, una carrera científica que demandaba muchísimo estudio y responsabilidad. Pero también comenzaron las salidas nocturnas y los excesos. ¡Qué días! Con mis amigos de la universidad, pasando jornadas interminables; con las mejores anécdotas, producto de tanta complicidad…. ¡Y qué Noches! Con mis otras amistades recogidas a lo largo de las eternas noches de baile y descontrol…. ¡Cuántos años viviendo entre dos mundos totalmente incompatibles, que yo armonizaba en mi persona!... El Día y la Noche… y yo sin poder decidirme por alguno de los dos, vivía dos vidas en una, y todo funcionaba bien. Porque en realidad, no estaba en ninguno de los dos mundos…
Y así continué caminando sobre la línea durante muchos años… Después de la Universidad, vino el trabajo profesional… Mucha responsabilidad, ascensos, progreso, por un lado… Tanto el nacimiento de mi sobrino, como una relación especial con un chico que también viajaba entre dos mundos y que tenía ganas de parar un poco, me hicieron saltar de la línea y quedarme un tiempo en una sola vida... Y por un año, mi vida pareció ser perfecta, equilibrada, feliz…
Dicen que no hay peor enemigo que uno mismo, y yo lo sé muy bien. Una vida perfecta, implica avanzar y eso asusta… Las crisis sobre la muerte reaparecieron e inconscientemente busque terminar esa relación con este chico. ¿Para volver a la noche? ¿Para volver a la dualidad? ¿Para no avanzar y no llegar al “no existir”?...
Cuando queremos boicotearnos, razones nos sobran… Así que busqué en la diferencia de edad que nos separaba (él era 7 años más joven que yo), la excusa perfecta para terminar… Una diferencia que siempre estuvo entre nosotros y que sobrellevamos muy bien… Hasta que mi propio enemigo, escondido en lo más profundo de mi ser, decidió que esa diferencia de edad, ahora pesaba demasiado…
Una vez que el equilibrio se rompe, el caos se desencadena. Y llegaron los 30, sin novio y con el peor golpe de mi vida (al menos hasta ese momento). Mi trabajo adorado me enseño duramente, que en una empresa somos un número, y si bien logré recuperarme rápido, cambiando de trabajo para un puesto equivalente y aun mejor remunerado, perdí la adrenalina y la pasión que me generaba el anterior.
Y no hay nada mejor para complicar la vida que buscar un “Amor Prohibido”... Como todos sabemos, todo lo prohibido, lo sentimos más, lo vivimos más… Es parte de nuestra naturaleza destructiva… Y llegaron tres años de un amor pasional, visceral y doloroso… Y la dualidad volvió… Hasta decidí tatuarla en mi vientre: “un sol y una luna” que vivirán conmigo para siempre…
Pero ese amor no solo no permaneció conmigo para siempre, sino que terminó siendo dañino, letal… Un amor que en realidad siempre había sido mono-direccional... ¿Es realmente amor cuando todo se centra en una sola persona?... ¿Cuándo solo una parte da y la otra parte solo recibe?... Solo me planteé esas preguntas, mucho mucho tiempo después… Y solo apareció la respuesta, muchos muchos años después…Lo cierto es que me quedé sola, con un dolor que me acompañó durante mucho tiempo y que solo podía calmar, encerrada en mi casa, o compartiendo ratitos con mis sobrinos…
Y como es sabido, cuando uno está mal, atrae lo malo… Ya sea lo interno o lo externo…Te hundís y entras en un pozo de autodestrucción... Pues eso lo viví en carne propia. Desde una operación de columna, hasta otro disgusto laboral… Fueron tiempos difíciles, pero seguí adelante, inclusive con los estudios de control que toda mujer debe realizarse. Estudios que pueden descubrir unas micro-calcificaciones agrupadas heterogéneas en la mama derecha. En ese momento, nadie pensaba que algo malo podía pasar. Era una operación de rutina, pero algo en mi sabía que no iba a ser así.… Por eso, por primera vez, entré al quirófano llorando, sin saber por qué… Y cuando me desperté, aunque mi doctora me dijo que estaba todo bien, la mirada de mi hermana, me dijo todo... Nada estaba bien…
Mi Vida: Los Dos Costados de la Felicidad, Parte 2
Y así fue como al día siguiente, me dieron la noticia de que a los 34 años, me encontraron y extirparon un tumor maligno… Me sacaron 18 ganglios para analizar, y me reconstruyeron el seno con musculo de la espalda… ¿Cómo se puede estar preparada para una noticia así?... Sobre todo a los 34 años, y cuando ni siquiera había comenzado a caminar en mi vida... Y afrontar el hecho de tener que hacer quimioterapia!... Demasiado para una mujer… ¡Demasiado para una familia!..
A los dos días estaba en casa de mis padres, toda entubada y con el mundo sobre mis espaldas… Mis padres tuvieron la gran idea de hacerme una asado para distraerme, y mientras esperábamos, tuve la mala (o buena…) idea, de preguntarle a mi hermano por el backstage de mi operación... ¿Qué había pasado afuera de la sala de operaciones?... Y mi hermano me describió como salió la doctora a informarles que había un tumor maligno... La amargura y la presión alta de mi papá, al enterarse; el ataque de pánico de mi hermana mayor, quien tuvo que llamar a su marido porque ella no podía manejar… Mi hermano que chocó con el auto cuando recibió la noticia y aun así, estaba al pie de mi cama cuando me desperté…Mi mama y mi tía, sufriendo…Y ahí comprendí el por qué cuando entre había solo tres personas, y cuando me desperté, toda mi familia, estaba a mi alrededor…
Y la fortaleza de mi madre, que esa noche se quedó a mi lado, entera para que yo no me diera cuenta; soportando el dolor en silencio; sin poder escaparse como los demás… Y en ese momento me di cuenta cuanto mal le hacía todo esto a mi familia también… Esto no me estaba pasando a mi sola... Esto estaba matando a mi familia también. ¡Y yo no podía permitir eso!... Así que decidí salvar a mi familia y levantarme, y avanzar!...
De esos días, recuerdo dos cosas que me marcaron de por vida. La primera, es una frase que me dijo el médico laboral: “Yo sé que ahora no lo vas a entender, pero esto puede ser lo peor o lo mejor que te pase en tu vida… todo depende de vos”… Imagínense esa frase en ese momento! ¿Qué dice este hombre?... Y lo segundo, mi negación a hacerme quimioterapia. Ese era un punto que yo no aceptaba discutir… Pese a la insistencia de mi familia; a la proposición de mi hermana de pelarse la cabeza conmigo y de comprarnos la mejor de las pelucas… Yo no iba a hacerme quimioterapia… porque no lo necesitaba; porque yo estaba bien!…
Fueron veinte días tétricos… Días donde toda mi escala de valores se derrumbó!… Pero sorprendentemente, jamás se me cruzo por la cabeza el miedo a la muerte, el pánico por “el no existir”… Un pánico egoísta que se transformó en otro pánico mucho más doloroso pero real: El miedo a no volver a ver a las personas que amo!… En esos veinte días de incertidumbre, JAMAS pensé ni por un minuto, en las cosas que antes formaban parte de la cumbre de mi escala de valores… El trabajo, el dinero, el poder, la noche, las fiestas… Ni por un segundo pensé en todo eso… Todo eso que me llevo adonde estaba en ese momento, ya que como otro médico me dijo una vez, nada es casualidad… Todos los que caemos en una enfermedad como esta, decimos frases como: “Tras que venía mal, ahora me cae esta enfermedad”. Y en realidad la cuestión es “Por todo lo mal que la pasé, me vino esta enfermedad”…
Estas enfermedades nos vienen como consecuencia de disgustos, ya que lo cierto es que es raro escuchar a alguien que nos diga, “Estaba tan feliz, la vida me sonreía y ahora tengo cáncer”. Yo estoy convencida que mi enfermedad vino como consecuencia de la vida que llevaba… Las preocupaciones que tenia terminaron dañando mi cuerpo... Preocupaciones que en esos veinte días, comprendí que eran irrelevantes, superficiales… Porque no eran mi vida…
En esos veinte días, solo pedía tiempo… Tiempo para disfrutar a mis sobrinos, para verlos crecer, para abrazar a mis viejos, para disfrutar a mis hermanos y amigos… Tiempo para sentir el aire sobre mi cara, para caminar bajo el sol... Esos son los verdaderos valores de la vida!… Todo eso es lo que iba a extrañar el día que dejara de existir!... El resto, no era nada!… Y por eso, el día que mi doctora me dijo que el tumor era in situ, que los márgenes estaban libres y los ganglios estaban sanos; que no había necesidad de hacer quimioterapia, porque no la necesitaba (como yo ya lo sabía!)… y que había que hacer un tratamiento de radioterapia y uno hormonal durante cinco años, a modo de prevención, volví a nacer a los 34 años…
Y ahí entendí la frase de ese medico laboral… Porque en ese momento, mi vida cambio y empecé a transitar por otro camino… Seguía siendo la misma y haciendo lo mismo, pero dándole importancia a lo que verdaderamente importaba… Y poniendo el resto, en el lugar que corresponde… Ya había aprendido que mi futuro es HOY…
Luego, seguí trabajando, pero sin preocuparme tanto… No iba a dejar mi vida en una empresa, que no sentía nada por mí, y que cuando no me necesite, me iba a descartar como un trapo viejo!…. Y nació el Ave Fénix (así me llamaba mi amiga)… Empecé a tener mucho más tiempo libre, para disfrutar con los míos y di mucho más… Y recibí mucho más!… Y pude estar cerca de mi hermana cuando tuvo que afrontar un divorcio tan doloroso como el suyo… Y de mis sobrinos del alma… Y pude ayudarlos… ¡Y pude ayudarme!... Y la dualidad, se había acabado!… Al menos eso pensé…
A los 36 años, un mail volvió a cambiar mi vida… Un mail de un francés perdido en la web, que buscaba conocer gente argentina para hablar de nuestro maravilloso país, que él había conocido dos años atrás y lo había fascinado… Y así, escribiéndonos durante dos meses, en ingles ya que Fabrice hablaba poco español y yo ni una palabra de francés, nos fuimos conociendo… Y empezaron los llamados telefónicos y las eternas charlas… ¿Otra fantasía imposible para volver a estancarme en mi vida? … ¿Para no avanzar?... Pues sí, porque era algo irreal, así que fue fácil para mí, aceptar su invitación de ir a Francia a conocerlo… No había peligro!... Y así se vino el primer viaje, con un romanticismo extremo, recorriendo, Niza, Venecia y Paris… Y su viaje para la Argentina… Y en menos de un año se vino la proposición: “No podíamos seguir así”, había que tomar una decisión, y económicamente, lo lógico era que yo dejase el país y me fuera a Francia, hasta que hiciéramos mejor economía y pudiéramos volver juntos.
Mi Vida: Los Dos Costados de la Felicidad, Parte 3
Mi Vida: Los Dos Costados de la Felicidad, Parte 3
Después de lo que pensaba había sido mi “Gran Amor”, mi corazón y mi cuerpo se anestesiaron… Fabrice no los despertó, esa es una realidad… Pero me ofrecía Paz. Me ofrecía tranquilidad y la posibilidad de formar una familia…Y para un cuerpo, mente y corazón, tan cansado como el mío, eso era exactamente lo que necesitaba…
Igualmente, ¿Cómo tomar semejante decisión, a los 36 años, con mi vida tan arraigada en mi país?... Y las señales siempre aparecen, solo hay que tener los ojos abiertos!... En ese momento, me llega una proposición en mi trabajo: vendían la División y si yo me quedaba hasta último momento, me daban el doble de la indemnización y la empresa compradora me iba a querer… Era otra etapa que se terminaba, y tenía que elegir entre dos etapas nuevas a comenzar... ¿Iba a elegir de nuevo mi trabajo, que hasta el momento solo me dio plata?... Pues no, era el momento de jugarme y saltar a una pileta que no sabía si tenía agua, pero que podía cambiar mi vida…
Y la dualidad volvió… Diferente pero mucho más poderosa… Porque a partir de ese momento, mi vida se partió en dos, y esta vez, físicamente también… No solo deje mi país, sino a la gente que tanto amo… Es imposible definir en palabras lo que se siente cuando uno se va… Gracias a Dios, yo puse como condición volver al país dos o al menos una vez al año, lo cual se respetó y me permitió crear dos vidas, y sentir dos vidas… Pero aun así, cada vez que subía a un avión, mi corazón se partía porque siempre dejo una vida para meterme en otra…
Y al principio fue terrible, porque tuve que encontrar un equilibrio que era imposible de encontrar!.... Tenía que aprender una lengua que obviamente detestaba y me negaba a aprender… Todo lo que veía en Francia era malo y con el tiempo me di cuenta que estaba enojada conmigo misma… Por haber tomado esa decisión que me hacia feliz pero infeliz a la vez… Esta vez la dualidad era IMPOSIBLE de equilibrar… Si estaba allá, me sentía mal; y si estaba acá, también… ¿Cuál era mi lugar?...
Más de un año para encontrar un equilibrio, pero finalmente lo encontré… Un equilibrio muy criticado por cierto, ya que tuve que aceptar que tengo dos vidas… Y que siempre estoy extrañando a la que estoy dejando, pero sin culpas y deseando ahora sí, que el tiempo avance por fin, para saciar la sed del reencuentro!...
Así que por un par de años viví una vida tranquila… Conociendo un nuevo mundo… Un nuevo Idioma… Una cultura totalmente diferente a la mía… Viviendo momentos intensos y hermosos con mi familia, ya que volvía dos veces al año, sola, para disfrutarlos!... Tratando de adaptarme a un nuevo mundo… Conociendo, estudiando… Amoldándome a mi nueva vida… O mejor dicho, mis Dos Vidas!
Pero la vida avanza, y la felicidad cuesta… Próxima a los 40, la necesidad de tener hijos… Formar MI Familia… Algo que con una enfermedad como la mía, CANCER (¡Como me costó aprender a decir esa palabra!), era algo impensable… Pero terminé el tratamiento hormonal un año antes y decidí tenerlo… Pese a no tener casi óvulos quede embarazada a los 40, naturalmente y con toda la felicidad que eso implica… Pero la vida no es siempre justa ni rosa, y a los tres meses, unas pérdidas y una ecografía, comprueban que el bebe estaba muerto…
Muchos pueden pensar que un feto de 3 meses no es un bebe, y puede que tengan razón, pero yo sentí esa pérdida como la perdida de una parte de mi misma… Imposible de describir… Es el día de hoy que ese bebe va a ser siempre mi primer bebe… Y el 5 de diciembre, siempre lo recuerdo como el día de su partida…
Gracias a Dios, estaba en Argentina y tuve toda la contención de mi familia, y de mi marido que viajo en el acto… Y sufrimos juntos, y nos levantamos juntos también, porque ahora la vida había empezado a avanzar y no podía pararla… Por eso, en Francia, decidimos comenzar un tratamiento de fertilización asistida, y al tercer intento, funcionó… ¡Estaba embarazada de vuelta!… Igual pero distinto, porque ya no sentía la misma felicidad que la primera vez… Ahora estaba el miedo a una repetición.
Evidentemente, la vida no es fácil, porque si bien los primeros tres meses de embarazo avanzaron bien, a los tres y medio comencé con pérdidas, que se transformaron en hemorragias… Y esta vez todo fue diferente, porque a pesar de tener hemorragias durante un mes, este bebe quería venir!... Y la mamá tuvo que estar hospitalizada durante más de cuatro semanas, sin moverse… Aterrorizada porque sentía que el bebe se iba… Pero el bebe no se fue, y las hemorragias cedieron y pese a los pronósticos pesimistas, a los cincos meses, el embarazo se transformo en un embarazo normal…
El Sobreviviente, como lo llamaba el Obstetra francés, había decidido que quería venir a este mundo… y pude volver a Argentina a disfrutar los últimos tres meses de embarazo… Meses felices por la contención de mi familia y el amor que recibí; pero también duros porque tenía que estar separada de mi marido… Me sentía plena, con mi panza y con lo que ese bebe dentro de mi, me hacía sentir… Pero seguimos avanzando, y Fabrice pudo venir dos semanas antes de dar a luz… Y Matías nació, con excelente salud, trayéndonos toda la felicidad del mundo… Y MI familia era un hecho!!!... ¿Qué más se podía pedir?...
La llegada de Matías provocó una revolución dentro de mí… Nunca pensé que se podía sentir tanto amor por una personita tan chiquita… Aun hoy, lo veo y me estremezco por todo lo que me hace sentir… Y su nacimiento, también produjo otro cambio en mi vida… Una nueva Lucrezia… Así como cuando el bebe se encuentra en nuestra panza, lo sentimos como algo nuestro, como una parte de nosotras… Una vez que nace, esa sensación no desaparece… Vemos a nuestros hijos y no podemos evitar sentir y ver una parte de nosotros en ellos… Y lo más importante, al nacer, nuestro hijo se lleva nuestro centro… Hasta su nacimiento, mi vida era mía… Vivía por y para mí… El Centro de mi vida, estaba en mí… Eso cambia cuando nacen los hijos… Matías se llevó mi centro, y ahora el centro de mi vida, está en él… Ya mi vida no es lo más importante… Lo más importante, es la vida de Matías…Y eso, te cambia la visión y la perspectiva de todo… Y eso, te hace crecer… Pero por sobre todas las cosas, eso te da un nuevo motivo y sentido a tu vida…
Ahora el sentido y la prioridad, es él… Y ahí es cuando descubrí cual era el sentido de mi vida… Para qué había nacido!... No sé si voy a ser trascendental para el mundo… Ni siquiera lo seré para muchas personas…Pero soy trascendental para Matías… Y si yo tenía que venir a este mundo, era para darle vida a él…Y automáticamente, ese miedo a la muerte, al “no existir”, fue menguando…. Nunca desapareciendo, pero diluyéndose… Porque veo a Matías, y siento que siempre voy a vivir a través de él…
Siguiendo con la historia, las separaciones siguieron, pero Matías nos cambió la vida a todos… Unió a las familias; fascinó a mis padres, a mis hermanos, a todos… En Francia también cautivó a todos… Pero claro, ahora todo es más difícil… Las separaciones son más dolorosas para todos… Pero todo es más intenso también… Aunque claro, la vida es dinámica y todo cambia de un momento a otro… Y siempre aparece un nuevo camino que se divide en dos…
Continuará...
Mi Vida: Los Dos Costados de la Felicidad, Parte 4
Y obviamente, siempre fui una mujer emprendedora, de jamás bajar los brazos…Comencé decenas de proyectos para independizarme, pero todos se fueron frustrando… Y caigo en el pozo pero al poco tiempo, salto a otro proyecto que me hace tener una esperanza… No sé si algún día volveré a encontrar mi identidad, pero al menos, voy a morir intentándolo!... Eso también es vivir…
Mi Vida: Los Dos Costados de la Felicidad, Parte 4
Por unos años, mi dualidad pasó por lo familiar, pero claro, no todo es familia… Y si bien, siempre estuve ayudando a mi marido en lo laboral, el haber dejado mi profesión, mi carrera, se fue convirtiendo en un peso muy grande… Es increíble, pero el trabajo, tu profesión, hacen a tu identidad… Y yo comencé a sentir eso, la falta de identidad… El haber dejado mi profesión, mi autonomía, era como haber dejado el control de mi vida también… Y todo eso me empezó a generar angustia… Aun siendo consciente de lo agradecida que tenía que estar con la vida… Aun disfrutando de la vida… La angustia por haber perdido mi identidad apareció para quedarse…
Y obviamente, siempre fui una mujer emprendedora, de jamás bajar los brazos…Comencé decenas de proyectos para independizarme, pero todos se fueron frustrando… Y caigo en el pozo pero al poco tiempo, salto a otro proyecto que me hace tener una esperanza… No sé si algún día volveré a encontrar mi identidad, pero al menos, voy a morir intentándolo!... Eso también es vivir…
Como mencioné en un principio, Fabrice fue una elección… Yo lo elegí con la cabeza, pero no con el corazón… Y eso es algo de lo que no me arrepiento, por supuesto… La vida es dinámica, y todo cambia… Lo que necesitas en un momento, seguramente no lo necesitas en otro momento de tu vida… Lo que te hace bien hoy, por ahí no te hará bien mañana… Por eso, la elección que hice de formar mi familia con Fabrice, es una elección bien tomada, porque era lo que necesitaba en ese momento, y es una elección de la que nunca me voy a arrepentir…Por más problemas y diferencias que tengamos, es una persona a la que quiero y respeto… Y es la persona que me dio lo más maravilloso que tengo…Pero como ya mencioné, una parte de mi estaba anestesiada, y después de tanto tiempo, necesitaba despertarse…
No voy a decir que el amor tocó a mi puerta, porque nunca es así… Las cosas no te caen del cielo, no te llueven… Todo en la vida tiene su costo…Si querés algo, tenés que buscarlo… Todo cuesta, nada es un regalo… Si entré en un sitio para personas casadas, es porque buscaba despertarme… A pesar de haber buscado personas que estuvieran a 14000 km y con el objetivo de charlar, de tener una relación virtual, evidentemente, en el fondo, buscaba algo más… Buscaba despertarme… Y lo mismo le pasó a mi Pirata, que si bien pasó gran parte de su vida, navegando en los mares de la infidelidad… Si bien, solo buscaba cumplir una cábala para que su próximo viaje no naufrague… Algo en él buscaba despertarse también, ya que aceptó subirse a un barco, que no le daba absolutamente nada de lo que siempre buscó en sus mares…
Para él, la infidelidad era una satisfacción física que no debía pasar de un “toco y me voy”… Para no lastimar a la otra persona, y obviamente, para no correr ningún riesgo… Pero evidentemente, algo estaba necesitando para subirse a esta relación “virtual”, que sin satisfacción física, lo llevó a abrirse y navegar sin rumbo cierto…
Y así, un poco en broma, un poco en serio, empezamos a crear y a navegar en nuestro barco… Un barco que solo tenía una regla: "Decir siempre la verdad"… Primero con mails... Muchos mails donde nos contábamos cosas que no habíamos compartido con nadie… Y lo que empezó como un juego, terminó convirtiéndose en una adicción… 7 meses de un viaje tan inesperado como soñado… Aprovechando un viaje suyo de 4 meses a un país del Este, juntamos horarios y aunque no podíamos estar juntos físicamente, nos fuimos haciendo compinches, confidentes… Imprescindibles… Iniciar mi mañana sin su “Buen día, Carameloide mío”, era impensable… Lo mismo que para él, terminar su día sin mi “besito de las buenas noches”… Y así, sin quererlo, nació el Bonk y su Cyka… Dos personajes que nacieron y viajaron en un barco paralelo a la vida real, y que aunque no había habido contacto físico, lo que sentían era tan fuerte, que despertó a Lucrezia de su largo letargo, y le volvió a dar al Pirata, una razón para ser feliz…
Mi vida, cambió de nuevo… Podía estar en Francia, dormida en la rutina, pero nuestro barco me daba la adrenalina y las ganas de ser feliz… Vivir pensando en él, hablando con él, viajando con él… Tener mi vida paralela, me daba ganas de avanzar…
El barco navegó por 7 meses… Pero llegaba a Puerto y lo virtual se iba a convertir en realidad… Con todos los miedos y las dudas que eso implicaba… Pero todo se fue diluyendo a medida que el momento se acercaba… Era tan fuerte lo que el Bonk y su Cyka sentían, que el día del encuentro (en Argentina, obvio), el Bonk le entregó a su Cyka, la más linda carta de amor que recibió, escrita a mano y con lapicera pluma… Donde le dice que la ama, y que si bien no cree en el amor literal, si realmente existe, tiene que ser lo que siente hoy por su Cyka…
Y obviamente, todo fue natural, y como debía ser… La adicción, la pasión, todo lo que habíamos sentido en ese barco virtual, se reprodujo en el encuentro físico… Pero elevado a la enésima potencia… Más para mí, que para él… Porque además de todo el amor que sentía por él, me hizo aprender y vivir una sexualidad que nunca me imaginé que podía llegar a sentir y vivir… y a los 45 años!...
Entre feliz y sorprendida, empecé a vivir mi relación con mi Pirata… Una relación que disfruté como nunca esos tres meses que estuve en Argentina… A pesar de tener los dos, una vida real… Nuestro barco también era real… Y me di cuenta a los 45 años, que no solo descubrí una nueva sexualidad… sino que descubrí al verdadero amor… Ahí entendí que mi amor prohibido estaba muy lejos de haber sido amor… Que fue una obsesión mía y que estaba muy lejos del techo de los sentimientos… Con mi Bonk todo es bidireccional… lo que damos, lo que recibimos…
Nunca existe el equilibrio perfecto, obvio… En nuestro caso, siempre yo soy +++ (doy +, mimo +, amo +) pero él me da + de lo que nunca dio a nadie y me hace sentir querida y amada a pesar de no poder tener una vida real juntos…
Esto no es una competencia… Acá no es, A ver quién gana!!!... No es, si vos das menos entonces no vale… En el amor, todo es un complemento… Y el que da +++ necesita al que da menos, para equilibrar… La famosa frase que “lo que importa es la Calidad y no la Cantidad”, también aplica… Sería muy tonta si dejo de sentir todo lo que siento y de recibir todo lo que recibo, ¿Solo porque yo doy más?... Nooooo, el “Auto-boicot” femenino se acabó para mi!... Gracias a Dios, lo aprendí… Tarde, pero vale igual…
Después está el tema de la moralidad… Y no voy a entrar en el tema de la justificación… Las cosas que Fabrice no me quiso dar, todas las promesas irreales que me lastimaron… Los motivos de mi Pirata para buscar amor en otro lado… Nada lo justifica… Pero es lo que nos pasó... Es lo que me pasó, lo que me pasa, lo que siento… Es volver a pararme sobre la línea que divide dos vidas, y caminar sobre ella hasta saber si puedo saltar y quedarme en una sola… o no…
La vida no es cuento de hadas, y no hay finales felices todo el tiempo… Hace tres meses tuve que volver a Francia y volver a subirme al barco de mi Bonk… Al barco virtual… Con muchísimo miedo de volver sola… Sufrí muchísimo la despedida, y sufro mucho el no verlo, sentirlo… Pero mi Bonk no solo se subió al barco, sino que hace todo lo posible para hacerme sentir que está conmigo….
Los mails volvieron, la frecuencia de los whatsapps aumentaron muchísimo… Tardamos un mes en hablarnos por teléfono porque no queríamos caer en una desesperación incontrolable… El cerrar los ojos, escucharnos y saber que estamos tan lejos, era impensable…
Las primeras semanas fueron durísimas… pero seguimos juntos… Mas juntos que nunca, como me dice él… Y volver a Francia y ensamblarme en mi realidad fue y es muy duro… Estoy confundida, estoy triste, estoy perdida… Mas Perdida que nunca… Sin saber con certeza adonde quiero ir… o a donde puedo ir… Pero sigo adelante …
La dualidad en mi vida es un hecho. Siempre las dos vidas. Siempre los opuestos. ¿Pero acaso eso no es la felicidad?... Al menos en mi vida, es así… Soy feliz, porque vivo intensamente pero eso no quiere decir que no sufro, todo lo contrario, sufro muchísimo… y ese sufrimiento me recuerda que tengo que seguir viviendo y siendo feliz… Porque la felicidad muchas veces tiene dos lados….
Y ahora entiendo muy bien la frase que me dijo el médico… Y puedo afirmar que mi enfermedad fue lo mejor que me paso en la vida… Porque me enseñó a vivir, a encontrarme a mi misma y a encontrarme con los míos…
Ahora ya no me peleo con mi dualidad… Cambié una vida de pelea entre la noche y el día, por una vida en equilibrio entre dos países, dos culturas, dos familias… Pero que de nuevo, vuelve a perder el equilibrio para recomenzar una pelea entre mis dos vidas…
A veces aparecen las crisis nocturnas con el miedo al “no existir”… Siempre están las dos Lucrezias. Pero ahora entendí algo… Ahora entendí que hay que avanzar…Ahora, las dos Lucrezias no se quedan en el mismo lugar porque comprendieron que aunque nos estanquemos, la vida pasa y no podemos retrasar el final… No avanzando, solo logramos perdernos la vida… Y la vida, siempre vale la pena vivirla!
Y miro para adelante, y sigo teniendo preguntas, inquietudes, dudas… ¿Cómo voy a hacer para seguir con mi equilibrio cuando Matias tenga que ir al colegio?... Cuando haya que elegir una vida… ¿Cómo voy a hacer para seguir extrañando a mi Bonk? Esa necesidad imperiosa que tengo de estar con él, de sentirlo, de volver a estar entre sus brazos… pero, ¿habrá que elegir una vida?...
Miro para atrás, y sé que no es así… que no vale la pena preocuparse por el futuro porque en un segundo, el presente te cambia y ese futuro no llega… Por eso, seguramente van a venir muchos momentos felices; y muchos momentos difíciles… Pero voy a seguir viviendo, aceptando mi dualidad, sea cual sea en el futuro; y avanzando… pero por sobre todo, siendo feliz… Con los dos costados de la felicidad y las dos vidas de Lucrezia...
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