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viernes, 22 de abril de 2016

La infidelidad o ella, ¿Qué duele más?


Que las mujeres somos competitivas entre nosotras, es una realidad imposible de negar, aunque muchas veces es difícil de admitir, hasta qué punto podemos llegar en la competición!
La competición con el mismo género, forma parte de nuestra esencia (sentada al lado de la ansiedad y dándose de la mano)… y esto lo sentimos y lo hacemos naturalmente desde chicas… Nuestras mejores amigas, que adoramos, amamos, pero que imitamos y con las que por mucho que nos esforcemos, siempre terminamos en alguna competición… Ya sea por la mejor vestida, la mejor amiga, la más buena, la más lo que sea;…. Pero en algo, tenemos que ganarle a nuestra amiga… pero obvio, eso no empaña el amor profundo que le tenemos, por supuesto!


El tema de la competencia con las otras mujeres, es natural pero con el tiempo se va acrecentando y al mismo tiempo, haciéndose menos evidente para nosotras mismas…. Nos formatean que tenemos que tener personalidad, que cada persona es individual, y nos terminamos creyendo que el resto de las mujeres no nos importan…. Pero eso no es verdad! … La mujer siempre va a competir con otra mujer… sea hermana, amiga, amante, o lo que sea… La competencia es inevitable…Y los hombres, lo saben, y muchas veces sacan provecho de eso…

Por ejemplo, es muy sabido que un hombre seduce más cuando tiene una mujer al lado, que cuando esta solo!... Vamos por la calle, y vemos a un hombre y por ahí, ni lo miramos…. Ahora pasa ese mismo hombre, con una mujer medio pelo, y por ahí, ni lo miramos tampoco… Pero ahora, si ese mismo hombre, pasa con una mujer despampanante y super sexy, INEVITABLEMENTE vamos a mirar a ese hombre!.... Es más, nos va a gustar seguro!.... Y esa, es la prueba fehaciente que la competición con las mujeres, es aún más fuerte, que la atracción misma hacia el hombre…. Y muchas veces, es aún más fuerte que el amor y que la traición…


Y el proceso es formidable: No miramos a ese hombre... Miramos a la mujer que tiene al lado y consciente o inconscientemente asumimos que si la mujer es tan linda, entonces el hombre lo tiene que valer… Ahí es cuando recién miramos al hombre y que obviamente, encontramos atractivo porque si “ella” lo tiene, así debe ser… Pero no nos quedamos en el hombre… en seguida volvemos a posar los ojos en la mujer…. Si es tan linda, algún defecto tendrá e intentamos encontrarle los defectos… Y ahí, las mujeres nos dividimos en dos categorias: Las de "Autoestima Alta", que son las que van a encontrarle defectos… y las de "Autoestima baja", que son las que no le van a encontrar ninguno… Eso sí, sea cual sea la categoría, después de los defectos, viene el tema que es inevitable también: “Si ella lo tiene, ¿por qué yo no?”... Y ahí es cuando volvemos a mirar al hombre,  que ahora lo encontramos irresistiblemente atractivo!!!!.... Y terminamos enojadas contra el mundo con la misma conclusión de siempre: “TODOS LOS HOMBRES QUE VALEN ESTAN OCUPADOS!!”… Y todo este proceso, en los 20 segundos que tarda la pareja en pasar por al lado nuestro!!!... NO PARAMOS DE MAQUINAR, eh????....

La cuestión clara que sale de esto, es que para nosotras, no solo la opinión de los demás es importante, sino que la competencia con las mujeres es vital a la hora de elegir!... ¿Todos los hombres que valen están ocupados? O ¿Valen tanto más, porque están ocupados?....

Y eso, los hombres lo saben y lo utilizan para sacar provecho!... Y gracias a esta particularidad de la mujer, la Piratería Masculina se hizo mucho más fácil y común… porque también hay otra realidad, con la evolución de la humanidad, la Competencia entre mujeres se acentuó mucho más… Somos mucho más competitivas que antes, y no dudamos en usar todos los medios modernos para ocultar la competencia, pero sin dejar de competir…


Esta competencia va mucho más allá que llegar a una fiesta y hacer una mirada fotográfica a cada mujer que se encuentra en ese lugar… Y esto es real también… Si bien no nos damos cuenta, o tratamos de no verlo, pero la realidad que siempre vemos primero a las mujeres… Después de una noche en la fiesta, podemos describir a dos o tres hombres que nos llamaron la atención, pero seguramente, podemos dar una descripción detallada de cada mujer del lugar… Desde la más “atractiva” (que podemos describir con lujo de detalles, hasta lo mal planchado que estaba el vestido), hasta la másdiscreta” (en cuyo caso los detalles ya son menos precisos)… y los detalles van decayendo, en las mujeres que entran dentro de la categoría “no peligrosas para la competencia”, y se hacen minuciosos e incisivos, en las que entran en la categoría de “Peligrosas”

¿Hasta dónde podemos llegar a competir?... uyyyy hasta límites increíbles!!!.... Mi pareja me es infiel… Obviamente, caemos en un pozo depresivo… Peleas, idas y vueltas… Todo el proceso lógico del caso… Es obvio y evidente que el dolor es causado por el engaño, por la traición de tu pareja… El dolor es tu pareja!.... Si, al principio si… pero en algún punto, la competencia entra a manejar la situación… En algún momento, sentimos la necesidad de conocer a la “otra”… de saber cómo es , quien es… Y obviamente, pasamos por todas las etapas… Al principio, nos parece muy inferior a nosotras, y la defenestramos!... “Y por “eso” me engañaste?”… pero con el tiempo, empezamos a oscilar de vuelta (como con la ansiedad)… y ya la empezamos a ver más linda, más joven, mas todo…. Y vamos para un lado… y vamos para el otro…

Y sin darnos cuenta, dejamos al hombre al margen de la situación… Ahora el tema es entre “Ella” y “Yo”…. No importa si fue por una noche, o si fue por mucho tiempo… La gravedad es la misma… “La competidora”…. Y generalmente, la infidelidad pasa… Muy probablemente la perdonamos… Pero a “ella”, no la olvidamos más!.... y probablemente, “ella”, será el foco de todas las futuras discusiones de la pareja…



No podemos evitar competir… es parte de nuestra naturaleza… Lo que si podemos y debemos trabajar, es en nuestra Auto Estima… En tratar de que la competencia inevitable sea lo más productiva posible, y en que no se convierta en fantasmas que atormentan nuestras vidas… También podríamos intentar no dejar que esa competencia decida nuestro destino, aprendiendo a poner nuestro foco donde está el verdadero objetivo… Sin dejar nuestra esencia de lado, por supuesto….

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