Elegir "No elegir", tambien es elegir...

Vivir entre dos países no es fácil… Sobre todo cuando se vive literalmente “entre” los dos países…

Para todos es difícil dejar nuestra tierra para ir a vivir en otra… Sea cual sea el motivo, sea para mejor o para peor… Siempre se añora nuestro país… Nuestra tierra, nuestras raíces… Nuestro “chez nous”, como dicen los franceses… Y mucho más cuando el país de llegada es tan diferente al de origen. Pero a la larga o a la corta, hay que reinsertarse en la nueva vida… Adaptarse a la nueva cultura, a sus costumbres… Integrarse a la gente que te rodea….  Entonces el desarraigo se diluye un poco y arrancas de nuevo… 

Yo no creo en la integración completa…. He hablado con muchos extranjeros, de diferentes nacionalidades y por más que estén en el exterior por décadas, asentados con sus familias y trabajos, siempre añoran a su país… Porque en el fondo somos como plantas… podemos crecer, nos pueden trasplantar, pero las raíces no se pueden cortar…. Y eso lo notas cuando volvés a tu país… Llegás al aeropuerto, escuchás tu idioma, tu acento, tu forma de hablar… Y ya te sentís en casa de nuevo…

Así que mucha gente se va de su país, y les cuesta al principio, pero terminan adaptándose a su nuevo destino y viviendo su nueva vida, porque “eligen” la adaptación y la nueva realidad… Pero claro, a mí no me pasó!... Simplemente porque yo elegí, “no elegir”…

Vine a Francia, para formar una familia, en busca de paz. En Argentina me esperaba el amor, la pasión. En Francia me esperaba la paz, la posibilidad de tener mi propia familia. Después de mucha vida, y una enfermedad como el cáncer, la segunda opción era lo que necesitaba. La idea original no era quedarme tantos años en Francia y la condición que me auto-impuse fue la vuelta anual a la Argentina y por varios meses.… Y obviamente, como hice toda mi vida, decidí caminar sobre LA LINEA… en este caso, la línea que separa los dos países, los dos continentes…

Nunca terminé de integrarme en Francia, porque nunca me fui de la Argentina totalmente…. Siempre caminando sobre la línea… Ni en Francia, ni en Argentina… en los dos… Por eso, vivo conectada a los horarios, a las noticias, a la gente y a la familia, aunque me encuentre a 14000 km… Ayer me levanté con la noticia de los 3 atentados  suicidas en Bélgica, y esperaba a Obama a las 17 hs, hora 
Argentina… Llevo a mi hijo al colegio a las 8 a.m., pero estuve hablando por whatsapps hasta la 1 de la mañana con mi hermana, en crisis por otra decepción con su novio… Trato de estar en la vida diaria, en ambos países, ya sea en forma física o en forma virtual…

Obviamente, no es lo ideal vivir así,.. Es como estar todo el tiempo mezclando la vida real con la vida virtual… Le quito mucho tiempo a la vida real…Pero nunca pude saltar al abismo... Y si no pude caerme para alguna de las dos vidas hace 5 años, mucho menos puedo hacerlo ahora, que tengo un hijo que se encuentra en la misma situación…

Y así fue que me vine a vivir a la línea que divide los dos países separados por 14000 km… Puedo decir que tengo dos vidas y que yo estoy en el medio, pero disfruto muchísimo de lo que tengo a ambos lados… Una mini-familia francesa. Un marido al que quiero y que me da paz. Una actividad que no es mi profesión pero que me ayuda a no extrañarla tanto. Algunas relaciones interesantes, la posibilidad de viajar… Y del otro lado, una familia Argentina muy cercana a mi hijo y a mí, mi casa, mis amigos… y el amor.

Yo no pude juntar todo, y tener una sola vida… No pude cortar con mi vida en Argentina y reemplazarla por una vida en Francia… Estuve mucho tiempo triste y angustiada por no poder “elegir”. Cualquier opción que eligiera, me traería dolor. Así que elegí “no elegir” y trato de vivir entre dos mundos diferentes, tomando lo mejor de cada uno de ellos… dejando que uno sea el motor del otro…

Generalmente, la vida es un conjunto de elecciones que te van llevando a construirla y recorrerla… Pero a veces, existe la posibilidad de “no elegir” y transitar por el medio… Y esa, también es una elección...