Desde chicas, nos bombardean con los cuentos de Princesas y príncipes encantados, hadas y toda la fantasía de Disney, y de todos los escritores que se empeñaron en hacernos creer en ese amor puro, inocente, gigante.... De cuento... El amor existe, no hay duda de eso… Pero ¿es recíproco?... ¿Existe ese amor Mutuo que se tienen el príncipe y su princesa?.... Se puede amar sin ser amado?.... Y mejor aún, se puede amar y recibir el mismo amor?
Y así a golpes, generalmente más tarde que temprano, nos damos cuenta que el Príncipe no es azul, ni viene a caballo, generalmente no tiene un mango, y gracias si nos da unos minutos de felicidad! .... Claro, nunca se hizo la versión de Blancanieves o Cenicienta 15 años después! ... Quizás ese sea el secreto mejor guardado de Disney, para seguir programando pseudo-Princesas que saltan al abismo de la realidad, desde lo más alto de la fantasía, hacia lo más bajo de lo real... La continuación de la saga, probablemente sería, Blancanieves divorciada y buscando trabajo de lo que sea porque su ex no le pasa la cuota alimentaria…. Y Cenicienta, una mujer infiel que encuentra en los brazos de su amante, todo lo que el Príncipe dejo de darle, porque tiene mucho trabajo, y algún affaire con su secretaria…. Por ejemplo, no?.... No sé, quizás algún día se animen a publicar la segunda parte de los cuentos, y veríamos la verdad de la vida de nuestras Princesas!
Por eso sí hubiera tenido una nena, la hubiera
alejado de esos cuentos... Prefiero darle un dinosaurio, que va a ser más
real y productivo!
Ojo, la solución no es eliminar los cuentos de
Princesas... Simplemente, categorizarlos como prohibidos para menores de
18 años, y listo! .... Así resguardamos la salud mental y preparamos a nuestras
Princesas para enfrentar la vida y para ver esos cuentos como lo que
verdaderamente son: Cuentos Fantásticos! ...
Pero hablando en serio, no es fácil digerir a
Disney... Recuerdo cuando Matías vio Peter Pan... Tenía 3 añitos... Estaba
fascinado... pero también lo recuerdo esa noche, saltando en su
cama, una y otra vez... Hasta el cansancio... Y llorando después,
totalmente desconsolado, y reclamándome: "¿Por qué mama? ¿Por qué no puedo volar como Peter
Pan? Por favor mama, yo me porto bien pero haceme volar como Peter
Pan! "... No tengo que decir lo mucho que detesté a Disney esa noche y el
filtro en las películas que comencé a poner, no?
Pero volviendo a los cuentos de Princesas, el punto de hoy es, ¿Existe ese amor recíproco, mutuo que siente en Príncipe y la Princesa de los cuentos?.... ¿Podemos amar y que nos amen con la misma intensidad? .... La respuesta no es fácil y creo que hasta varía con los años... No es lo mismo la forma de amar a los 20, que a los 30 o a los 40 años… No sentimos lo mismo, no esperamos lo mismo y no buscamos lo mismo…
Cuando era adolescente, y en mi juventud
también, me había comido a Disney, y vivía llorando y sufriendo por los
rincones, porque me enamoraba intensamente, y siempre terminaba mal... O
me dejaban, o me engañaban, o simplemente, ni comenzaba la
historia... Uffffff, Amaba Tanto!... Ese amor, esa pasión
desenfrenada que me hacía soñar todas las noches (y el día también), las
mariposas en la panza... Todas las frases cursis sobre el tema, yo las
sentía todas juntas y a la vez... Y mi hermana, que ya de chica era
muyyyy sabia, una noche me reveló el Gran Secreto del Amor: "Manita, en
una pareja, siempre está el que ama, y el que se deja amar... El que
ama, es el que más sufre... y es siempre así"...
Qué revelación! ... Y que realidad! ... Y en ese momento, comencé a investigar sobre el tema... Y la verdad es que si... Nunca se ama con la misma intensidad... Siempre está el que cuida y el que se deja cuidar. .. El que protege, y el que se deja proteger... El que guía, y el que se deja guiar... El que ama, y el que se deja amar... Los roles pueden rotar, a lo largo de la vida, pero siempre se dan... y lo más maravilloso, es que podemos elegir el rol que queremos jugar. .. Tomando las ventajas y las desventajas de esa elección....
Bueno, casi siempre podemos elegir… Porque a veces, ver lo que nos hace bien, no nos hace seguir ese camino que nos hace bien… Y en el caso de la mujer, con esa necesidad de “SENTIR” y de no poder dejar de relacionar el sufrimiento con ese “SENTIR”, la elección se complica mucho… La gran mayoría de las mujeres, sabemos que los Príncipes Azules no existen, que los grandes amores y pasiones de los cuentos y de las novelas, son irreales… Pero no podemos dejar de soñar y de buscarlo a lo largo de toda nuestras vidas…. Así que si bien, es más fácil elegir el rol de “Ser amada”, el rol de “Amar” nos sigue atrayendo y tentando en todo momento…
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